lunes, 23 de abril de 2012

La visión de los caballos



¿Cómo ven los caballos?
Los ojos del caballo están en ambas partes de la cabeza, y no al frente como los humanos o los gatos y muchos perros. Cada ojo transmite una visión distinta a través de los nervios ópticos a las células del cerebro. Por lo general, cada ojo ve su parte, sólo cuando mira al frente con su cara perpendicular al terreno, puede definir ambos ojos simultáneamente hacia el mismo punto en el espacio. Algunas razas con ojos extremadamente separados, no llegan ni a conseguirlo.
La vista del caballo tiene un campo mayor que la humana, si ambos están en el mismo sitio y dirigiendo su mirada hacia el mismo lugar.
En su trabajo con silla o tirando de un carruaje, la vista panorámica que posee, continúa informándole de todo lo que pasa por su entorno. Su reacción hacia amenazas o curiosidades recibidas por este sentido, no son normalmente de agrado hacia los seres humanos. Esto significa que cuando se le hace saltar sobre grandes obstáculos o galopar a gran velocidad, un caballo que sea sostenido con fuertes riendas, se rebelará contra ellas al no permitirle poner la cabeza y cuello de la forma necesaria para verlo y observarlo.
Cuando corre, puede ver tanto si le persigue un animal, le está alcanzando un vehículo, como ver si existen obstáculos en su frente.
Tal vez perciba esto con poca claridad, la falta de una visión binocular y finida, que proporciona la visión en tres dimensiones, y un sentido perfecto de la profundidad, como nos pasa a nosotros, le hacen ver las cosas en un solo plano y con pocos detalles.
Los ojos normalmente permanecen estacionarios en sus cavidades. Aunque los mueve cuando el caballo sufre un intenso estrés, tras períodos de juego o cuando bosteza. Muchos somos los que hemos visto los ojos de un caballo cuando está asustado, son fáciles de recordar.
Al estar los ojos en la posición que antes he explicado, lógicamente no puede ver nada que esté cerca del centro de su cara. Esta es la razón por la cual o bien levanta bruscamente la cabeza o la gira o incluso ambas juntas, cuando un visitante con poca experiencia con caballos, intenta tocarle directamente la frente.
La forma de acariciar a un caballos en la cara es subiendo la mano poco a poco desde abajo y tocándole la mandíbula, el cuello, los belfos o los lados de la cara, antes de intentar otras partes.
Una prueba de la confianza que tiene el caballo en su cuidador es que este puede tocarle directamente en la frente sin provocar la retirada.
                                                ¿Pueden percibir los colores?
Se cree que los caballos pueden percibir colores tales como el rojo, el verde, amarillo y azul, siendo el amarillo el que percibe con mayor facilidad